martes, 9 de enero de 2018

Los celos de Juana

Nos encontrábamos en un mundo subterráneo, en el que todo se extendía más allá de los sótanos.
Allí dentro encontré un libro. Dentro del libro, Juana de Arco expulsaba a las prostitutas del ejército. 




(Edición en miniatura del libro de Martial d'Auvergne, Las vigilias de Carlos VII, hacia 1484, BnF, Manuscrito francés 5054, folio 60 verso)

JUANA
Tentáis con vuestras trémulas carnes mortales
a los guerreros de mi Cruzada de la Fe.
Marcháos del campo de batalla,
pues la voluntad de mis guerreros
se vuelve fláccida mirando corsés.

PROSTITUTAS
¿Tus guerreros?
¿Camuflas a tus celos con virtud?
Nos reímos de tu castidad,
querrías gozarles tú
en un kilobang digno
de tu sacra beatitud. 

JUANA
Con esta espada flamígera de arcángel
doy muerte a todos los males,
¡Vade retro, genitales:
me muevo en los más puros ideales!

(Las prostitutas le tiran piedras y le escupen).

PROSTITUTAS
Privándote del placer del cuerpo
te mueve la pulsión del sufrimiento.

JUANA
Yo sé lo que quiero.
¡Arderéis en el infierno!

PROSTITUTAS
 No te engañes, Juana,
quédate con tu caballo
y con tu "Cruzada del Cielo",
para nosotras la verdadera épica
cabalga a tus guerreros:
¿cómo puedes conquistar el mundo
si no conoces tu cuerpo?


JUANA
¡Fuera!


PROSTITUTAS
¡Sin caricias, tu cabello rubio,
se troca en un llanto que es diluvio!

(Juana llora.)

GUERREROS 
No sufras en vano, Juana.
Nuestro esperma, con metafísica,
es Leche de Vía Láctea.
Y cuando duermas...
iremos a los matorrales
a gozar de las Fulanas.

 

 

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